Descripción del producto
Con este bonito rabel que tiene un ave tallada en el remate del clavijero, el luthier homenajea a su entorno más próximo, la palentina Laguna de la Nava donde todos los años se concentran miles de aves migratorias. Se encuentra elaborado en madera de cerezo, tiene forma de pera y cuenta con solo dos cuerdas, lo suficiente para componer música ya que eran frotadas simultáneamente con el arco y mientras una se utiliza para ejecutar la melodía, la otra actúa de bordón. Se entrega acompañado de su arco.
De los campos a los escenarios.
El rabel por su condición de instrumento asociado al mundo rural y en concreto a la vida pastoril trashumante sufrió un fuerte retroceso cuando en el s. XX se produce el gran éxodo a la ciudad y el ganado ovino entra en crisis. Por suerte ha llegado hasta nosotros porque en zonas montañosas como la Cornisa Cantábrica o la Sierra de Gredos, probablemente por su aislamiento, se ha salvaguardado este instrumento, así como los cantes y romances asociadas a él.
Por suerte son muchas las personas que han retomado su interés por el rabel y no es extraño encontrar cursos específicos dedicados en exclusiva a este instrumento e incluso en algunos lugares se han formado escuelas municipales de tañedores de rabel.