Descripción del producto
Panaderas y cañoneros grijotanos formaban una escena costumbrista claramente reconocible. Ellas con sus pañuelos, basquiñas oscuras y medias moradas. Ellos con sus chamarretas con chaleco, faja, calzones, polainas y sombrero tirolé.
La entrada de las reatas de burros en la capital a vender el pan era una estampa que, a base de ser recogida por artistas de la tierra y viajeros, contribuyó a reforzar la idea de un tipismo local palentino. Fue a mediados del siglo pasado cuando la Sección femenina en su afán de “vestirse de palentinos”, introdujo cambios en la indumentaria, distanciándose progresivamente de los modelos anteriores.
El último trabajo del etnógrafo Carlos Porro repasa la evolución histórica y la realidad de la indumentaria tradicional grijotana, y por extensión palentina, en hombres, mujeres y niños tanto en su día a día y en ocasiones especiales, como las bodas y los lutos.
Encontramos también un capítulo dedicado a la vestimenta de los danzantes y el botarga en sus danzas rituales, documentadas en Grijota desde el S. XVIII.
Maria – :
En Grijota estamos de enhorabuena con esta publicación. Un libro imprescindible en cada casa.