Descripción del producto
Una vieja comunidad de pastores se enraizó en Las Hurdes desde épocas muy antiguas y tan sólo contaminada por la entrada de los pilus (hospicianos) a partir del siglo XVIII, ha llegado hasta nosotros con un increíble bagaje de cultura tradicional, que, hoy por hoy, comienza a ser valorado y estudiado por antropólogos y etnólogos, folkloristas y etnomusicólogos.
Por Las Hurdes se siguen oyendo las notas de la gaita jurdana y los toques de tamboril, los cuales, junto con las castañuelas, son los instrumentos por excelencia que acompañan los cánticos y los bailes de estas tierras. Todo un repertorio, cargado de matices y melodías, se esconde bajo la capa pizarrosa de estas sierras.
Se oyen ecos de rondas de mozos; viejos romances, cantados al compás de la hoz en la siega por campos extremeños o castellanos o en los serenos nocturnos, cuando la gente se arracima en derredor de la lumbre centeneras o tonadas propias de la molienda del centeno; alboradas de bodas, o de Reyes, o de Cristos; ramos paloteados, monocordes nanas, charrás, jabas, cuentos y barañas… Todo un conjunto de notas que pone bien a las claras la vibrante fuerza del folklore de estas tierras que se pierden por el septentrión de las Extremaduras.
(Félix Barroso Gutiérrez)
Valoraciones
No hay valoraciones aún.