Descripción del producto
En el escenario o de ronda la formación es la misma: voces, los instrumentos propios de la rondalla (guitarra, guitarro, laúd y bandurria), y junto a ellos los instrumentos de nuestra tierra pirenaica (la gaita de boto -hija de la del último de los viejos gaiteros de nuestro Sobrarbe, el antes citado Chuan Cazcarra, de Bestué-; la trompa -un oboe popular; concretamente el que tocaban los famosos músicos de Caserras, en la Ribagorza-; y representando a las tierras del Viejo Aragón, el chuflo y el salterio -una flauta de tres agujeros acompañada por un tambor de cuerdas-). Completan el grupo el clarinete, el bajo o el contrabajo-, y otro instrumento que, sin ser popular, tiene ya una larga historia y un importante papel en las músicas – sobre todo en las de baile- no sólo del Pirineo, sino de toda Europa: el acordeón. Cromático y diatónico (o lo que es lo mismo, el moderno y aquél viejo acordeón de botones ), ambos suenan en la ronda.
Y con todos ellos hace sonar la ronda pasodobles, polcas y mazurkas; las viejas danzas del Pirineo -el Tin-tan, el Cascabillo, los palotiaus…- y otras músicas que desde cualquier lugar del mundo han sabido llegarnos al corazón; piezas tradicionales, o de nueva creación; canciones, bailes… y alguna jota. Ronda al estilo de la montaña: ante una puerta se canta, ante otra se baila… y en todas se come, se bebe y se charra con tantos amigos, parientes y vecinos que hoy viven lejos y a los que hacía un año que no se veía.
Desde 1994, empiezan a cantar canciones compuestas por el grupo. Cerca ya de un centenar de canciones que desde la lágrima a la risa, quisieran explicar y defender la tierra, las gentes, la cultura y la manera de vivir de nuestro Pirineo.
Veinticinco años después, la Ronda sigue en Boltaña … Pero rondando algunas veces , eso sí, bastante más lejos de donde tenían previsto.
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