Descripción del producto
El rabel se interpreta frotando sus cuerdas con un arco que suele ser corto y curvado, el que vemos es de madera de arce, al que se le añaden unas cuerdas formadas por un haz de crines de caballo. Cuenta con una tuerca que permite tensarlo en su justa medida.
En origen, el rabel era un instrumento humilde, del ambiente pastoril y por ello la mayoría de los arcos de rabel estaban hechos con una rama flexible de fresno o avellano y las cuerdas de crines de mula, en ambos casos materiales muy económicos y fáciles de conseguir por los pastores. En esta ocasión el luthier ha preferido que el cordamen fuera de crines de caballo mongol, que además de ser bastante largas facilitan un mayor control sobre las cuerdas, ya que al proceder de climas severos las crines cuentan con mayor tensión.
* Provisionalmente la fotografía corresponde a un arco con clavija, no con tuerca.