Al caer la tarde del Miércoles, el Jueves y el Viernes Santo la Iglesia preconciliar celebraba el conocido como Oficio de Tinieblas, hoy solo una reminiscencia de los antiguos esplendores de la liturgia romana.
Se utilizaba para ello, un candelabro con 15 velas, llamado tenebrario, que representaban a los 11 apóstoles (todos menos Judas), las Tres Marías y a la Virgen. Magníficos ejemplos de estas piezas se conservan en muchos pueblos de Castilla y León, aunque a menudo confundidos con los tradicionales ramos de Navidad.
De la antigua liturgia, se nutren las modernas celebraciones de la Pasión y toda la Semana Santa es un momento de volver a ver las populares carracas y matracas en procesiones y otros actos.