Cuántas veces hemos escuchado aquello de “más simple que el mecanismo de un botijo”. Pero no, el botijo no es un artefacto simple y asó lo demostraron en 1990 Gabriel Pinto y José Ignacio Zubizarreta, dos profesores de Química de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) que desarrollaron un modelo matemático para explicar su funcionamiento. 
Pinto, un joven profesor de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), se preguntó si el botijo enfriaba el agua o simplemente la mantenía fresca, así que se propuso cuantificar la capacidad de enfriamiento que tenía el recipiente de barro. Con un botijo, un termómetro y una estufa en su laboratorio comenzó a experimentar
Mientras que realizaba el experimento, este químico fue desarrollando un modelo matemático para explicar el proceso físico. Otro profesor de Química de la, José Ignacio Zubizarreta, se interesó por el experimento y aportó sus conocimientos en termodinámica para afinar los cálculos. El resultado del trabajo realizado por Pinto y Zubizarreta son dos complejas ecuaciones diferenciales que sirven para calcular la capacidad de enfriamiento del botijo y para desmontar la teórica simpleza” de su mecanismo.
Y aquí, tres modelos de la casa para los amantes de tan preciado artilugio!!
