Descripción del producto
El carajillo es un instrumento rústico, cuya caja de resonancia solía ser media nuez, a ella se sujetaba un palo con una cuerda retorcida que permitía repiquetearlo con los dedos. A menudo se hacía para que los niños pudieran jugar con él.
En los carajillos de madera el sistema es el mismo, pero sustituyendo la nuez por un cuenco de madera, que en muchos casos era la base de un mortero cortada por la mitad. Su diseño dependía de la imaginación y habilidad de la persona que lo realizaba.
El carajillo de madera, en este caso de madera de iroco, al contar con más sonoridad que el de nuez, suele tener la función de marcar ritmos como acompañamiento a los cantos en actuaciones públicas.