Descripción del producto
Antiguamente cualquier cacharro era utilizado para fabricar zambombas, latas o pequeños barriles, pero lo más común era aprovechar como caja de resonancia algún puchero de barro o arcilla que se desfondaba. Su boca se recubría con una piel curtida de conejo u oveja o aprovechando la época de matanza, una vejiga de cerdo. Se le incorporaba una cuerda o una caña para hacer vibrar la piel y ya teníamos la zambomba.
Un sonido grave y característico que inevitablemente asociamos a la Navidad aunque en la tradición fuera muy popular en las rondas de diferentes momentos y otras festividades del año.
Esta zambomba es un bonito detalle para regalar y rememorar aquellos tiempos en los que no se entendían las fiestas navideñas sin salir a pedir el aguinaldo y cantar villancicos.
Están construidas totalmente de forma artesanal, con pucheros salidos del alfar, pellejos curtidos en tenerías locales y cañas naturales montadas a la manera tradicional sobre una pequeña pieza de madera que facilita su transporte porque son desmontables.
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